El futuro de la Innovación Social
16 junio, 2020Las mejores plataformas de venta en línea
16 junio, 2020
Emprendedores: social y tradicional
POR ALDONZA GUZMÁN
Los emprendedores son aquellos que diseñan, lanzan y ponen en funcionamiento un negocio propio e innovador. Sin duda es una iniciativa riesgosa y llena de retos. Desde conseguir el capital hasta tener personal de confianza que crea en ti o en el futuro del proyecto. Existen diferentes tipos de emprendedores, hay quienes buscan meramente la ganancia económica y otros, quienes buscan satisfacer valores humanos en su comunidad; es así cómo podemos clasificar a los emprendedores: social y tradicional.
Ahora, antes de empezar a hablar de el emprendedor social tenemos que conocer algunas de las razones por las que las personas quieren formarse como emprendedores de cualquier índole. Algunas veces es el hartazgo de trabajar en empresas grandes o bajo el mando de alguien, sin embargo, esto va mucho de la mano con el hartazgo de no estar satisfechos con lo que hemos logrado a lo largo de nuestra vida profesional o personal. En resumen las razones pueden ser personales, por necesidad o circunstanciales, individuos que quieren alcanzar mayores logros con modelos de negocio diferentes, sin duda son aquellos que tienen una visión empresarial y desean ser dueños de su tiempo, dinero y empresa.
Después de esto vienen los emprendedores sociales, quienes pueden ser los antes ya mencionados o incluso empresarios exitosos que quieren crear algo que contribuya a la sociedad o medio ambiente. Sus prioridades no necesariamente son monetarias, sino que se enfocan en satisfacer las necesidades que como sociedad civil demandamos. Para un emprendedor social la obtención de dinero pasa a un segundo plano, ya que su prioridad es resolver problemas presentes en la sociedad, lo logran mediante la creación de principios éticos con los que se quiere tener impacto no solo en ellos y quienes los rodean sino en toda la ciudad.
Por lo tanto, podríamos decir que la diferencia principal entre los emprendedores social y tradicional, es que el primero se refiere a un negocio de solución y el segundo a un negocio de oportunidades.
Ser un emprendedor social o tener una empresa basada en este concepto no equivale a tener una organización sin ánimos de lucro –la gente tiene que comer de algo–, sin embargo, su modelo de funcionalidad resulta ser tan rentable que puede ayudar a tener un gran éxito empresarial y así, establecerse como un negocio de gran calidad. Cada vez son más las empresas que se preocupan por nuestra sociedad –casos como educación, oportunidades, servicios, etc.– y medio ambiente –casos como protección de la naturaleza, reutilizar desechos de otras empresas, disminuir el gasto de agua, etc.– y continuamente el consumidor es más exigente acerca de esto. Es por eso por lo que los emprendedores tienen que adaptarse a la sociedad y sus necesidades sin dejar de lado su visión empresarial.
Una empresa social –como cualquier otra– tiene la necesidad de tener inversionistas que crean en la visión de una persona y su negocio, al principio el financiamiento de éstas es mixto; combinan elementos de fundaciones sociales con empresas tradicionales, es decir, mediante la autofinanciación, el Estado y uno que otro inversor privado. Sin embargo, este no es uno de sus objetivos, sus aspiraciones son reducir la dependencia económica para obtener su autonomía y libertad.
Pero, si su objetivo no es el dinero como en las empresas tradicionales ¿con cuáles métricas miden estos emprendedores sociales su éxito? Una de las estrategias que manejan es la de crear metas de impacto social, como financiar actividades recreativas que el gobierno tiene de lado, prestar apoyo a microemprendimientos que estén de acuerdo con sus valores éticos, proteger a los sectores más débiles, etc.
Fotografía de @carlheyerdahl